SABOR
Vuelven los vivos días revoltosos
Con sus cielos de bello humor cambiante
A veces bajos y de plomo airado
A veces luminosos desaprensivamente
O con sus arrebatos de irascibles cierzos
Vuelven con el sabor agazapado
De esta hambre mía terca y seria
Del alimento interminable de los días
Uno tras otro devorables todos
Como el sabor cálidamente soterrado
Que es el mayor secreto
De nuestros más inolvidables alimentos
Ese sabor que bien sé que también
Me espera en cada día por venir
Ese que en el caudal unido de mi tiempo
Da un sabor de pasado a mi futuro
Pero dio a mi pasado un sabor inmortal.
Vuelven los vivos días revoltosos
Con sus cielos de bello humor cambiante
A veces bajos y de plomo airado
A veces luminosos desaprensivamente
O con sus arrebatos de irascibles cierzos
Vuelven con el sabor agazapado
De esta hambre mía terca y seria
Del alimento interminable de los días
Uno tras otro devorables todos
Como el sabor cálidamente soterrado
Que es el mayor secreto
De nuestros más inolvidables alimentos
Ese sabor que bien sé que también
Me espera en cada día por venir
Ese que en el caudal unido de mi tiempo
Da un sabor de pasado a mi futuro
Pero dio a mi pasado un sabor inmortal.
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Navidad: sueño y sabor.
La Navidad es sueño no en su talante onírico, no; sueño literal. La Navidad me cansa irremediablemente porque me exige, y entonces sólo me apetece dormir.
La Navidad también es sabor. Sabor no sólo por lo comido -¡y bebido!-, no; sabor por el regustillo. Tanta celebración siempre trae algún 'salivare' de otros tiempos, y aunque ahora me duerma, algún día seré mi propio futuro y me atacará este saborcete a ganas incontinentes de dormir mezclado con pollo trufado.
Por eso me ha gustado el poema de Tomás.
Por eso me gustó ayer la canción (recibida) de Van.
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Palabra del día: TARARÍ (by gordetta)
1 comentario:
:)
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