03 febrero 2009

CON OTRO TONO DE VOZ

Ayer fue mi primera tarde del curso de cajón flamenco al que me he apuntado. Es un intensivo de una semana... una semana es el máximo tiempo de compromiso que puedo ofrecer hoy por hoy.

Me encantó. Lo pasamos fenomenal. Aprendimos muchísimo. Ya sé tocar un tipo de tango flamenco. El tío -un gaditano gracioso no, lo siguiente- me dio la enhorabuena y me dijo que lo hacía muy bien, suavito y con ritmo, como a él le gusta. Es que yo soy una princesa hasta para tocar el cajón.

Y nos descojonamos.

Y yo pude estar cuatro horitas disfrutando de todo eso que no tiene que ver con nada de eso. Con nada de nada. Sólo con mi espacio. Sólo con el mío. Con lo que uno construye mientras empieza a atreverse a salirse del cine. A pegarle patadicas a las paredes de su caverna de sombras... a esa parecida a la de Platón.


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Palabra del día: TSUNAMI (by OLI, que como siempre tiene algo que decir, ¡y como siempre es para mejor!)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si me tocas entre 2 aguas que sepas que querré casarme contgo y comprometerte de por vida a que me me sigas tocando el cajón jejeje. No puedo acompañarles a la ópera tengo gala benéfica yo y mis marrones madre mía.Os quierooo. Y sigue dandole que con esas manicos que tienes madre mía.